La necesidad de explorar el entorno, como también el placer de probar hasta dónde pueden llegar sus capacidades, son los motores que impulsan al niño a ensayar y perfeccionar estas destrezas.
Al utilizar el juego como estimulación, el pequeño construye la imagen mental de su propio cuerpo y del mundo que lo rodea. Este esquema corporal le permite tener percepción y control sobre las partes que le componen, conocer el espacio en que esta situado, adquirir equilibrio, ritmo y noción de la lateralidad, entre muchas cosas.
La motricidad es la habilidad que permite al niño desplazarse libremente por el mundo y explorarlo. Durante sus primeros años, el pequeño aprende a caminar, correr, saltar y trepar y bailar, entre otros movimientos de la motricidad gruesa. Durante la primera infancia, también es importante que en el juego se trabaje la motricidad fina (movimientos de la mano), por ejemplo del dibujo y los juguetes para encajar o armar, por ejemplo.
Sandy Joy® ayuda a dar la estabilidad al pie del niño gracias a su amplia zona de apoyo, además que el acojinamiento en tobillos le darán todo el soporte y seguridad que ellos necesitarán para ejercitar su motricidad. ¡Sandy Joy® cuida y viste la salud de los pies de los niños!
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