En la madrugada del sábado 26 de octubre al domingo 27 de octubre de 2013 el reloj se retrasa una hora para adaptarnos al horario de invierno: a las 3:00 A.M serán las 2:00 AM. El cambio de hora puede volver más irritables a los pequeños y más apáticos a los mayores. Algunas medidas ayudan a minimizar los efectos del aumento de oscuridad en adultos, niños y bebés.
Todos estos síntomas tienen su origen en la intensidad de la luz del día, que influye directamente en nuestros ritmos circadianos, en los niveles de serotonina (que sufren una caída ante la ausencia de luz) y la secreción de melatonina (que es liberada en respuesta a la oscuridad).
El cambio de hora en bebés y niños
Los niños también sufren las consecuencias del cambio horario y la falta de luz. Adaptarse al nuevo ritmo de sueño y de comidas les costará unos días, sobre todo a los peques de 0 a 3 años.
- Para ayudar a los bebés lactantes a adaptarse, basta con adelantar cada toma diez minutos cada dos o tres días.
- Con los niños que ya van al colegio también habrá que hacer una adaptación gradual de la hora de irse a dormir Hay que tener en cuenta que durante unos días pueden estar más irritables y menos concentrados.
Los adultos también nos podemos poner tristes
Los días más cortos y las noches más largas afectan directamente a nuestra personalidad. Algunas personas tienen dificultades para conciliar el sueño y para despertarse durante unos días. Además, debido al menor número de horas de luz, 7 de cada 10 personas afirman que se sienten más tristes. También podemos sentirnos más irritables y ariscos. Afortunadamente, los efectos pasan en pocos días.
Para superar esta tristeza invernal, los expertos aconsejan deporte, ocio, aire libre y luz. Así que los niños que se pongan sus zapatos Sandy y vayamos a jugar y a movernos para tener un mejor invierno.