miércoles, 4 de noviembre de 2015

Seguridad en los primeros pasos del pequeño

El niño que da sus primeros pasos por sí mismo conquista una nueva perspectiva de la vida, qué duda cabe.

Andar lleva aparejada la posibilidad de decidir: ahora sí que puede elegir alejarse o acercarse de mamá y dónde quiere ir. Vuelven a cambiar las reglas de las relaciones que mantiene con el adulto: se siente más dueño de su vida y a veces los padres confunden esto con rechazo hacia ellos: nada más lejos de la realidad. 

Uno de sus juegos favoritos en esta época es el de alejarse y acercarse, también en la versión ser atrapado o en la de esconderse. En el fondo todos estos juegos simbolizan lo mismo: está descubriendo, ensayando, probando la independencia. Es importante que pueda explorar esa idea con seguridad, sin que los padres le transmitan que hay algo malo en ello. Porque una vez la explore volverá a su regazo esperando ser reconfortado. 

¡Papá no tengas miedo!
En esta etapa los padres empiezan a ver más peligros: hay cosas que dejan de estar bajo su control. Sin embargo deben colocar el miedo en su justo lugar: “Si ante cada logro ponemos cara de susto, se retraerá en la adquisición de sus competencias, pensará que lo que hace es peligroso o que nos hace sufrir.

Mostrar temor ante cada nuevo aprendizaje queda grabado en su piel y entiende que aprender es algo con lo que hay que tener cuidado. Eso explica, en una edad más avanzada, por qué ante un problema de matemáticas dos niños que no tienen ni idea responden de forma diferente: uno ni lo intenta y otro sí, sin miedo a no saber o fallar”, afirma Josefina Sánchez, profesora titular en la Universidad de La Laguna y coordinadora de su servicio de Psicomotricidad.   

Con 18 meses, "Yo solito"
Conforme domina caminar, cómo no, busca nuevos retos: correr, trepar y saltar. Son habilidades que refuerzan enormemente su sentido de identidad: parece haber descubierto definitivamente que es alguien diferente a sus padres.

Trepa todo lo que puede y se siente tan alto como el adulto. Salta, se separa del suelo y vuelve a caer, seguro. El cambio es tan grande como si, tras muchos intentos infructuosos, un día despegáramos durante una carrera y descubriéramos que podemos volar: ¡qué poder!

Empieza a tomar conciencia de su identidad, y ya hacia el final del segundo año empieza con el "Yo solo" y el "No": traslada al lenguaje el deseo de autonomía, una autonomía real porque su cuerpo se la permite. 

Hay que negociar
"Es una etapa que te desespera, pero es fundamental: se está preparando para definir su autonomía, lo que quiere más adelante. Pero como es difícil saber lo que quiere, se centra en lo que no quiere, que es una manera mucho más fácil de diferenciarse y hacer valer su criterio", apunta Josefina Sánchez.


"Es momento de negociar y a veces también frustrar, porque todo no puede ser. Hemos de tener en el punto de mira que es importante que nuestro hijo pueda tolerar las frustraciones, pero también es estupendo que nos pueda decir que no". 

miércoles, 14 de octubre de 2015

Las rutinas hacen feliz a tu bebé

Tu hijo ya es capaz de aprender a base de actos repetitivos, duerme más horas seguidas, come más y no reclama la toma siguiente con tanta urgencia. Estos avances te indican que puedes empezar a instaurar unas rutinas en su vida.

Todo son ventajas
A partir de los seis meses de edad las rutinas constituyen un pilar imprescindible para los aprendizajes y la educación del bebé porque:

  • Suponen el principio del orden y de los límites.
  • Proporcionan al pequeño estabilidad emocional y organización mental.
  • Le dan seguridad y autoconfianza.
  • Le atenúan gran parte de la angustia que siente al separarse de su madre.
  • Le ayudan a entrenar su memoria y a anticiparse a lo que va a ocurrir.
  • Le enseñan a ser constantes y a seguir unas pautas de conducta desde muy pequeñitos (básico para sus aprendizajes posteriores).
  • Facilitan la convivencia, previenen problemas de conducta y evitan discusiones familiares.


Todo esto le hace sentirse más cómodo en su ambiente, por lo que come mejor, está más contento y se muestra más receptivo. Por eso, los padres deben ser muy constantes con las rutinas a partir de los seis meses y de forma paulatina, porque a mayor constancia, mayor capacidad del pequeño para asimilarlas y aprenderlas.

El baño: por la noche, antes de acostarle
El contacto con el agua tibia le relajará y le ayudará a descansar mejor porque les recuerda a su vida intrauterina. Además, mentalmente acabará relacionando el baño con que ha llegado la hora de dormir y todo su organismo se predispondrá para conciliar el sueño enseguida.

Las comidas: horarios estables
Fijar un horario de comidas resulta imprescindible para que el estómago de tu hijo se habitúe a trabajar en unos momentos concretos del día y así, cuando estos lleguen, tu pequeño sienta hambre. De este modo, y sin dejarle picar a deshoras, te aseguras de que comerá con apetito.

Es recomendable que le des de comer siempre en la misma habitación y con sus cubiertos. Así irá descubriendo que el acto de comer es muy importante y no puede hacerse de cualquier manera.

El sueño: menos por el día y más por la noche
Para lograr que el bebé se adapte a tu horario, deja que duerma las siestas en la carreola, con la ropa de calle y en un cuarto en el que haya claridad y lleguen los ruidos de la casa. Por la noche acuéstalo en su cuna, con la pijama puesta, a oscuras y en silencio.

También da muy buen resultado que por la noche le pongas siempre la misma melodía y le des su "muñeco de dormir". Pero ojo. Para que estos elementos no pierdan su poder somnífero debes reservárselos única y exclusivamente para la noche.

De paseo: uno por la mañana y otro por la tarde
Esto es lo ideal y, a ser posible, por una zona alejada del tráfico.
La salida de por la mañana que sea antes de comer, porque está estudiado que los paseos al aire libre, aunque el niño vaya en el carrito y no haga ejercicio físico, abren el apetito (seguramente por la mayor oxigenación).


El paseo de la tarde déjalo para después de la merienda. El traqueteo ligero y constante de la sillita le ayudará a digerir mejor lo que haya tomado.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Los horarios en los primeros días del niño


La vuelta a casa tras el parto con un nuevo miembro de la familia es un momento de la re organización de los horarios y las rutinas. Las familias tienen que adaptarse en cierto modo al ritmo del sueño del bebé atendiéndolo a demanda y aprovechando cada momento que el bebé lo permita para descansar.

Los primeros días, el recién nacido estará durmiendo la mayoría del tiempo. Se despierta para alimentarse cada pocas horas y después de la toma normalmente vuelve a dormirse plácidamente indistintamente de noche o de día. Con el tiempo y poco a poco, el bebé irá estableciendo su ritmo de sueño. Su aprendizaje será más fácil si se establecen unas rutinas.

Es importante, que el bebé aprenda a distinguir entre el día y la noche. Lo podemos conseguir modificando el ambiente de descanso. Tenemos que proporcionarle un ambiente tranquilo, una habitación ventilada, con una temperatura constante de aprox. 20ª C y sin corrientes del aire. Durante el día dejaremos la persiana subida para que entre un poco de luz,  con la puerta de la habitación abierta para que perciba la actividad y movimiento en casa. Seguiremos con nuestras actividades cotidianas, y de noche cerraremos la persiana. La casa se quedará en silencio: es un tiempo del descanso para toda la familia.

El baño del bebé
Otra rutina que podemos establecer es el baño diario. Sabemos que no es necesario bañar a los bebes todos los días por motivos de higiene, sin embargo es muy beneficioso como rutina diaria porque permite al bebe asociar este momento con la proximidad del momento de descanso.

Siempre aconsejo a los padres que escojan para el baño un momento de tranquilidad, a última hora de la tarde, y más o menos a la misma hora. Hay que preparar todo lo necesario, adecuar la temperatura del ambiente y convertir este momento en una experiencia muy agradable para todos. El baño tiene que ser un momento relajante, podemos aprovechar para realizar un masaje, es el momento de mimos y caricias. A continuación siempre tiene que venir la última toma del día... ¡y a dormir!

Otra rutina para trabajar puede ser el paseo diario. Pasar el tiempo al aire libre, siempre y cuando las condiciones climatologías lo permitan, es muy positivo para el bebé. Dependiendo de la temperatura del ambiente escogeremos ropita adecuada. La carita y las manos las protegemos del sol con una crema solar pediátrica de pantalla total o protección muy alta, y llevaremos el carrito siempre con una sombrilla o capazo.


Establecer unas pequeñas rutinas de la vida cotidiana son muy beneficiosas para los bebés y también para los padres. A los niños les permiten adaptarse con más facilidad a la nueva vida, y a los padres disponer de unos ratitos para el descanso, relax, momentos de disfrutar todos juntos y también momentos para la pareja. Todo esto permite hacer más llevaderos los primeros días de vuelta a casa, que a parte de momentos  de gran emoción y felicidad  para toda la familia, pueden resultar complicados hasta que nos adaptamos todas a las nuevas circunstancias.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Guía para la elección correcta de la escuela para los niños

Son pequeños y no hablan, algunos ni siquiera caminan o gatean todavía, por lo que se cree que sus demandas educativas no serán muchas. Nada menos real. Esos tres primeros años son claves para la formación de su personalidad su autoestima, su visión de sí mismos y la manera en que van a enfrentarse al mundo. Por eso no se trata de encontrar un sitio donde cuidarán a los niños mientras los padres trabajan. Por eso Sandy te pone a consideración algunas pistas sobre los criterios a tener en cuenta a la hora de buscar escuela.

1. La primera impresión
Déjate guiar por tu percepción y tu intuición. La primera impresión, así como el ambiente que se respira en el centro escolar, son importantes. ¿Existe un clima de amabilidad, tranquilidad, respeto y cariño?

2. La situación

¿Está cerca de casa o de tu trabajo? Por muy maravilloso que sea la escuela infantil, si tienes que hacer malabarismos para llevarlo cada día es posible que termine por convencerte.

3. El proyecto educativo
No todos son iguales y la familia tiene que comprobar si está de acuerdo o no con su forma de entender la crianza y la educación.

4. Actividades
Las necesidades básicas de los niños no son solo comer y dormir. Necesitan cariño, que se respeten sus ritmos, sus relaciones y poder experimentar y explorar con libertad y seguridad. Por eso el juego libre (más que las fichas dirigidas) debe ser protagonista en esta fase del aprendizaje. Después, piensa en las particularidades y actividades que ofrece y que más valoras: que tenga huerto, cocina propia, pizarrones digitales, que fomente las actividades extraescolares, etc.

5. Sus maestros
El personal debe ser calificado. Cuanto más estable sea y menos rotación haya, mejor. La satisfacción laboral de los empleados también redundará en la mejor atención de los niños. La proporción de niños por educador debe ser como mucho el máximo que marca la legislación (esto es, 8 niños en la clase de 0-1, 13 en la clase de 1-2 y 20 en la clase de 2-3).

6. El espacio
Los espacios deben ser amplios, limpios, acogedores, seguros, con luz natural y sin barreras arquitectónicas. Deben ofrecer la motivación suficiente, sin estar saturados de colores y decoración. Son importantes las zonas destinadas a psicomotricidad, con materiales variados, como telas, cuerdas, aros, pelotas, colchonetas, túneles de gateo, bloques apilables, etc. El patio suele contar con arenero, cubos y palas (¡fundamentales!) y columpios seguros y adecuados para su edad.

7. Participación
Valora la presencia de una Asociación de Madres y Padres de Familia activa, las actividades que incluyan la participación de las familias y una comunicación fluida con los educadores.

8. Referencias
Las opiniones de otros padres que ya hayan probado ese centro y su grado de satisfacción puede resultarte muy útil.

9. Enseñanza pública o privada
Las instalaciones, tamaño del patio y promedio de cuidadoras por niño, suelen ser mejores los de la escuela pública. Sin embargo las privadas son más flexibles en horarios de ampliación. Las primeras suelen tener mucha demanda y resulta difícil entrar. Como el proceso de solicitud de reserva se abre en marzo o abril, aún tienes tiempo para elegir una privada alternativa.

10. El costo económico
Al igual que la ubicación de la escuela, la cuestión económica es fundamental al tomar esa decisión. Platica con otros padres de familia sobre eventos, colectas u otras situaciones que involucren mas inversión económica así como promedio de alzas en colegiaturas.