miércoles, 22 de abril de 2015

¿Qué libro elegir para los niños?

La lectura es un entretenimiento, como el juego. Descubrir las sorpresas que se esconden en cada página de un libro sentados en el regazo de papá o mamá es una de las actividades que más disfrutan los niños pequeños. Y después, cuando aprenden a leer y las letras revelan sus secretos, el placer y la sensación de descubrimiento se multiplican.

Cómo acertar con el libro adecuado para cada niño.
Al elegir libros para un niño, déjate llevar por tu gusto: qué te emociona, qué te divierte, qué ilustraciones y personajes te atrapan… Piensa también en lo que le gusta al niño al que quieres regalar un cuento y en lo que está viviendo: ¿es un entusiasta de los animales? ¿Le gustan las historias de caballeros y princesas? ¿Acaba de tener un hermanito? ¿Está aprendiendo los colores?

En los libros para niños es importante tener en cuenta la edad del pequeño, exactamente igual que en los juguetes. Algar Editorial propone una guía muy útil para elegir los libros de los niños según su edad:

A cada edad, sus libros.
Hasta 4 años tenemos que escoger libros en los que debe predominar la imagen, que desarrollará la imaginación de los pequeños gracias a la capacidad de seguir la historia con los dibujos.
    Durante el primer año. Son importantes las canciones y los juegos. Los libros de cartón, de tela y de baño permiten a los bebés manipular los cuentos y adquirir la idea de qué es un libro.
    De 1 a 3 años. Cuentos con historias cortas y estructura repetitiva. Los dibujos tienen que ser expresivos y las narraciones, próximas a su mundo. Libros de conocimiento de colores, conceptos, etc.
    De 3 a 4 años. Libros de conocimiento sobre animales, vehículos, números, etc. Cuentos con historias más largas, pero con trama argumental fácil. Libros manipulables con solapas y desplegables. Diccionarios visuales o libros de imágenes que permiten la expresión oral.
    De 4 a 7 años se inicia el proceso lector y los libros se tienen que adaptar a la capacidad lectora de los niños.
    De 4 a 5 años. Libros con letra mayúscula o manuscrita (de acuerdo con la escuela) y poco texto en cada página. Poemas con rima. Continua siendo importante el predominio de los dibujos. Libros de conocimiento con fotografías.
    De 5 a 7 años. Libros con letra grande y de imprenta y dibujos en color en casi todas las páginas. Narraciones con niños como protagonistas. Adaptaciones de cuentos tradicionales.
    De 7 a 10 años. Cuentos maravillosos de hadas y de personajes extraordinarios. Narraciones en las que haya mucha acción. Letra grande e ilustraciones en blanco y negro. Cómics con historias sencillas. Álbumes ilustrados con narraciones singulares y sorprendentes. Libros de poemas con argumento.
    De 10 a 12 años. Libros de aventuras, reales o fantásticas. Narraciones con diálogos abundantes y con algún toque de humor. Libros de conocimiento sobre deportes, personajes o etapas históricas, animales, etc.


A partir de 12 años. Novelas de hechos reales con personajes de la misma edad. Libros de literatura fantástica puede ser una excelente opción.

miércoles, 8 de abril de 2015

Un niño feliz tiene mejores notas que aquellos que son mas aplicados.

Cuanto más feliz es un alumno, más motivado está en clase y mejores notas saca. Estas son las conclusiones de un estudio realizado por una investigadora de la Universidad de Harvard, que recopiló datos de estudiantes de un colegio de Washington que ofrece enseñanza de todos los cursos académicos, desde la escuela primaria hasta el instituto.

Los resultados mostraron que la felicidad está relacionada positivamente con la motivación y con el rendimiento académico. Además, cuanto más satisfechos están los alumnos con la escuela y mejores son sus relaciones con los profesores y compañeros, más felices son, por lo que se trata de un círculo que se retroalimenta.

Esta investigación servirá de punto de partida para futuros estudios que exploren nuevas vías para potenciar la motivación y evitar el fracaso escolar en las aulas. “Hemos encontrado que una buena red de relaciones de apoyo favorece la felicidad”, explica la autora del trabajo. “Si las escuelas quieren aumentar el bienestar y el rendimiento de los alumnos, se deben fomentar las relaciones positivas entre profesores y alumnos”.

La idea de incorporar la dimensión emocional dentro del mundo académico no es nueva, y de hecho un colegio británico ya imparte desde hace años clases de felicidad como una asignatura más del currículum.